miércoles, 12 de diciembre de 2007

PESCANDO LA VIDA

Quisiera expresar ahora mi gusto por la pesca, la deportiva. Desde chico me gusto pescar, encuentro mucho placer en eso, aunque siempre me gustó mucho mas, todo lo que acompaña a la actividad misma. Esto quiere decir que si voy a pescar voy a compartir y eso me encanta. Voy a compartir con un amigo la experiencia, voy a compartir con alguna compañera un momento de placer, de vacaciones, de tiempo libre, de no pensar en obligaciones. Es maravilloso. La pesca me ha llevado a conocer lugares y personas increíbles, amigos desde hace muchos años que la pesca me ha dado. Mis primeras salidas, eran con la familia, mis hermanos y ni mamá. Después vinieron tiempos de ir al rio con amigos del barrio. El primer gran hito fue cuando luego de muchos sueños y tiempos de fantasías, el papa de “chango” mi amigo el de la esquina, nos iba a llevar con su SIMCA (ya auto viejo cuando yo era chico) a General Belgrano…al Salado (que pedazo de rio), si bien eran 100 km en aquellas rutas y con aquellos autos era toda una aventura. Llegado el dia, salimos pero no llegamos, antes de llegar se fundió el auto…cuac. Todo se iba por la ventana, sin embargo, ya que eran para nosotros (no para el viejo Caceres) tiempo de vacaciones, la pasamos bárbaro, durmiendo al costado de la ruta en la carpa que ibamos a poner a la orilla de nuestro deseado rio. Paso el tiempo y ya como con 27 años, un conocido (hoy amigo en la distancia) me invito a pescar dorados, mi infancia habÍa pasado soñando con que alguna vez iría al norte a pescarlos y alguna vez aprendería a pescar con mosca. Acepté entonces la invitación de mi amigo Carreño y junto al negro Solís (que los perdí por distancias que nos separan) fuimos a parar a Ituzaingó, Corrientes, pescando mi primer dorado con señuelo, que acusó 15,700 kg y que Luis se tomará la licencia de publicar la foto y agregando 17,500 al pie, justificando esta inversión de números como que era buena para todos y que nadie se iba a quejar, ni el guía, ni yo, ni la revista (Aire y Sol) ni los que leían disfrutando de la envidia. Pasado el tiempo, llevé a mis hijos a pescar, luego conocí a Noel Pollak que me enseño finalmente a pescar con mosca pero no solo eso, sino su pasión por la vida, por la naturaleza, por los insectos, por estar vivos y que a lo largo de reuniones, fotos, viajes y primeros lances que me permitieron tener el don de lo que algunos denominan arte. Les adjunto un video de este año pescando en el rio Malleo, cerca de San Martin de los Andes, Patagonia, Argentina…..disfruten!!!, que de eso se trata.

1 comentario:

José Soriano dijo...

Lo suyo mas que un post es poesía campera. Tiene el ritmo de payada. Muy bueno.
fraterno
js